By Alicia Bandera

@AliciaBandera

martes, 3 de junio de 2014

LA RED, INTERNET Y LO DIGITAL al servicio de la libertad




1.  El cambio conceptual
El mayor cambio que podemos considerar en la actualidad es, la cada vez menor distancia que separa la vida real de la que conocíamos como vida virtual (Rossi).
Hace poco tiempo, vivir esas dos vidas paralelas, no significaba tener que mezclar lo que acaecía en cada una de ellas.  Eran independientes y autónomas.  Errores o aciertos en alguna, no tenía repercusión en la otra.  Pero esto ha ido cambiando a lo largo del tiempo, y actualmente nos encontramos ante casos en los que jóvenes se quitan la vida, incapaces de aguantar la presión de ser objeto de burlas y comentarios ofensivos en las redes sociales; o casos en los que el prestigio de una figura pública se ve salpicado de algún escándalo de su vida privada, o incluso, por un determinado y desafortunado “comentario caliente” en alguna red social.
Pero este no es el único cambio que venimos observando.  Otra forma de conexión entre las dos realidades es el avance que los medios tecnológicos han padecido, enriqueciendo las experiencias sensoriales hasta el punto de llegar a casi tocar las imágenes en tres dimensiones que ofrece la realidad aumentada, engañando a nuestro cerebro y a nuestros sentidos.
Por tanto, cuerpo y mente, ya sea virtual o físicamente, interaccionan y se influyen, creando unas nuevas conceptualizaciones sobre la visión del mundo por su interacción en éste; que ahora se basan en los modelos que se han construido con el uso de las tecnología en ámbitos donde antes no llegaba.

2.   El poder en el S. XXI
Como dice Castells (2009a), en nuestra sociedad, el poder es el poder de la comunicación.  Y es que, influir en la opinión pública es lo que tratan de hacer desde personas anónimas, para crearse una presencia o huella digital determinada en la red; publicistas, que quieren vender sus productos; pasando hasta por políticos que necesitan el apoyo de la ciudadanía para conseguir sus objetivos partidistas.  Incluso fenómenos sociales o movimientos reivindicativos como el “15 M”, a los que Castells denomina “contrapoder”, se han servido de la posibilidad de propagación que las nuevas tecnologías ofrecen; consiguiendo generar una producción social del significado para las políticas y leyes actuales de nuestra realidad social.
         Así podemos observar, tanto el poder de comunicación dirigido a lo que se podría comparar con la alienación, como el poder de comunicación entendido como forma activa de participación ciudadana.  Las dos caras de la misma moneda.  En definitiva, los medios de comunicación de masas no como depositarios del poder, sino como medio en el que se decide el poder (Castells, 2009a).
De hecho, por poner un ejemplo de entre los muchos que existen de divulgadores de pensamiento en la red: un alto porcentaje de bloggers (usuarios escritores de blog), lo hacen sin la intención de divulgar ideas, sino que admiten hacerlo para ellos mismos.  Esas ideas, permanecen navegando en la red para ser recibidas y procesadas por cualquiera que dé con ellas; influyendo así en las construcciones mentales de la realidad “virtuo-real” de quien las encuentra.

3.   El éxodo
Siguiendo las tendencias, todos hemos llegado a portales y sitios web donde se fraguaba un gran poder de comunicación con los usuarios que se iban incorporando por millares.  Lugares que se enriquecían por su enorme capacidad para hacer llegar los mensajes a las masas.  Tales son los casos de Youtube o MySpace, donde las grandes multinacionales pusieron sus ojos y sus inversiones de capital.  Pero eso también ha ido cambiando, gracias a la nueva consciencia que los usuarios hemos desarrollado casi sin darnos cuenta y a la par que lo hacíamos con nuestras habilidades tecnológicas.
Gracias al poder de autocomunicación de la propia masa, no somos ajenos a muchos de los propósitos y manipulaciones que rodean a los portales más conocidos de Internet.  De ahí que cada vez más se prefiera optar por lugares menos comerciales y más independientes de las grandes marcas y tendencias políticas (Castells, 2009b); pero sin renunciar a muchos de los servicios y contenidos que se ofertan en ellas (películas, música, programas de televisión, noticias, juegos, etc.).  De esta forma vemos cómo el espacio público que se va forjando en la era digital, en la dimensión que hemos llamado “virtuo-real”,  no se rige por ningún modelo histórico, político o tecnológico; sino social, como consecuencia de esa búsqueda que mantiene la sociedad de poder opinar libremente.
  
BIBLIOGRAFÍA
  • Rossi, P. G. Post-constructivismo, lenguajes y ambientes de aprendizaje. Del estudio de los media e hipertextos, a la Web 2.9, el diseño instruccional, el Post-constructivismo y la enacción.. Revista Fuentes, 13, 17-42.
  • Castells, Manuel. "Comunicación, poder y contrapoder en la sociedad red (I). Los medios y la política." (2009a) http://telos.fundaciontelefonica.com/telos/articuloautorinvitado.asp@idarticulo=1&rev=75.htm (accessed June 2, 2014).
  • Castells, Manuel. "Comunicación, poder y contrapoder en la sociedad red (II). Los nuevos espacios de la comunicación." (2009b). http://telos.fundaciontelefonica.com/telos/articuloautorinvitado.asp@idarticulo=1&rev=75.htm (accessed June 3, 

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