By Alicia Bandera

@AliciaBandera

jueves, 3 de enero de 2013

¿QUÉ ESTILO INTELECTUAL QUEREMOS FOMENTAR?

Parece obvio reconocer que existen diferentes estilos de aprendizaje y formas diversas de aprender, pero a veces, es importante recordar y rescatar de esos "viejos textos", que no por ello antiguos, lo que alguna vez leímos o, mejor dicho, nos hicieron leer a futuros educador@s, pedagog@s y profesor@s en los años de universidad.

Esternberg ya en 1990, reconocía que es difícil interpretar la ejecución académica en términos de inteligencia o habilidad, inteligencia frente a personalidad, ya que el estilo de aprendizaje representa ese lazo de unión entre ambos constructos psicológicos.  Ese "estilo" es el que dirige cómo ha de usarse la inteligencia y de ahí que dos personas con la misma inteligencia presenten grandes diferencias intelectuales.
Así, podemos recordar 3 estilos intelectuales:
  • Estilo legislativo: propio de personas creativas a las que les gusta hacer sus propias reglas y las cosas a su manera; disfrutan planificando ideas, construyendo.  En definitiva, a este grupo pertenecerían profesionales del ámbito artístico (actores, pintores, escultores) o científicos y arquitectos.
  • Estilo ejecutivo: es definitorio de personas a las que les gustan seguir las normas y el orden establecido, tareas bien delimitadas y definidas, actuaciones que impliquen aplicaciones de ecuaciones, algoritmos...   En este grupo se pueden situar profesionales relacionados con las leyes (abogados), la medicina (cirujanos), constructores, etc.
  • Estilo judicial: a las personas que pertenecen a este grupo les gusta evaluar, supervisar y controlar actividades.  Son analistas, críticos y juiciosos.   Por ello jueces, consultores, periodistas, analistas de sistemas o evaluadores de programas se incluyen en él.
Pues bien, también hay que recordar que todos tenemos un poco de cada uno de estos estilos, unos en mayor medida que otros, lo cual también varía según la demanda de la actividad que estemos realizando.  Las escuelas, por su parte, premian los estilos ejecutivos, o lo que es lo mismo, a los alumn@s que aceptan y trabajan en el sistema de reglas que está establecido en ellas.  En secundaria y la enseñanza universitaria se refuerza el estilo judicial.  Únicamente en la enseñanza superior se contempla el estilo legislativo, donde  tienen lugar y cabida las ideas para la investigación.


Tras este rápido recordatorio, realizo la siguiente reflexión: "¿Qué sociedad emprendedora e innovadora esperamos cuando nuestros alumn@s han de llegar a postgrado para desarrollar un estilo legislativo, y según la UNESCO España se sitúa a la cabeza de Europa en abandono escolar?"


BIBLIOGRAFÍA

  • Sternberg, Robert J. 1990. "Estilos de pensamiento: Claves para entender el desempeño estudiantil." Phi Delta Kappa 71 (5) :366-371.
  • Beltrán, J. y otros (1996). Psicología de la instrucción (Vol. 1-3). Madrid: Sítensis.

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