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Rosalía Romero Tena
Universidad de Huelva
Universidad de Huelva
La gran diversidad de medios audiovisuales de que dispone el profesor, abre un gran abanico de nuevas formas, entornos y facilidades de aprendizaje. Ya no sólo dispone del lenguaje unidireccional, monótono y jerárquico que se ha ido utilizando durante siglos, y que no responde a lo que viven los jóvenes en nuestros días.
Pero este nuevo enfoque didáctico requiere formación. Formación por ambas partes, alumnado y profesorado, para conseguir su manejo, lo cual no deja de ser objetivo curricular actual. Así, las funciones que nos pueden ofrecer los medios, y que el docente se encargará de asignar son, según Mena (1994):
1- Fomentar la participación.
2- Ampliar el marco de experiencia del alumno.
3- Motivar.
4- Provocar comportamientos por imitación.
5- Ayudar al aprendizaje por descubrimiento gracias a la secuenciación.
La interacción de 4 grandes dimensiones va a determinar el producto de obtención mediante la utilización del vídeo didáctico. Estas dimensiones, que se enmarcan por el espacio curricular, son:
El alumno-El contexto instruccional donde el medio es usado-El uso que se le concede al medio.
En resumidas cuentas, el video hará el trabajo más monótono y lineal, liberando al docente para realizar tareas que nunca podría realizar una máquina, como motivar, orientar, resolver dudas, empatizar…
Para algunos autores, el vídeo en la enseñanza presenta distintas funciones. Para Martínez (1991) éstas son básicas:
1- Didáctica.
2- Formación y perfeccionamiento del profesorado.
3- Recursos de expresión estética y de comunicación.
4- Instrumentos de investigación.
Texto original:
Es estupendo el uso del vídeo como herramienta de aprendizaje y expresión. Además, se puede usar para desarrollar muchas más cosas en los niños y en los no tan niños.
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